Cuando las emociones hablan: Infancia temprana y media en desarrollo

 El desarrollo emocional en la infancia temprana y media es clave para formar una base sólida en la vida afectiva del niño. En estos años, los pequeños aprenden a reconocer, expresar y regular sus emociones, así como a comprender las de los demás. A través del vínculo con los adultos y la convivencia con sus pares, comienzan a construir su mundo interno y a desarrollar habilidades como la empatía, la autorregulación y la autoestima. Acompañar este proceso con sensibilidad y conciencia es fundamental para su bienestar presente y futuro.

El temperamento es un conjunto de rasgos innatos que influyen como un niño interactúa con su entorno y se relaciona con los demás, esto se puede manifestar a través de; calidad del ánimo, intensidad de las emociones, adaptabilidad, entre otros factores.

El apego es importante ya que es el vinculo emocional que tiene el niño con los principales cuidadores, caracterizado por la búsqueda de proximidad y necesidad de seguridad. Aquí comienza el desarrollo emocional.


Neurons & People. (s.f.). La importancia del manejo de emociones en niños/as.


Proceso del desarrollo:

Infancia temprana

  • De los 18 a 30 meses, los niños tienen mayor confianza a relacionarse, muestran un deseo de explorar independientemente, presentan características del temperamento un poco más pronunciadas y comienzan a utilizar pronombres y negativismo.
  • 30 a 54 meses, su sentido de identidad es fuerte y se diferencia, dominan la agresividad y sus habilidades de cooperación, aumentan la capacidad para reconocer y responder a las emociones de los demás.
  • 5 a 6 años, siguen correctamente las ordenes y reglas simples, aprenden habilidades de socialización, pasan mayor tiempo en las relaciones con grupos de pares y amigos.
Infancia media
  • 7 a 8 años, tienen una comprensión total de las reglas, al igual de una comprensión profunda de relaciones sociales y responsabilidades, aumenta su desarrollo moral y sus habilidades de afrontamiento, muestran una mayor identificación con los demás niños de su mismo genero.
  • 9 a 10 años, los grupos de pares y amigos ganan mayor peso que la familia, comienza la independencia en la toma de decisiones, aumenta su confianza gracias a elogios y afectos, comienzan a realizar conductas para impresionar a sus pares y explorar emociones inciertas.

El desarrollo emocional infantil no ocurre en línea recta ni de forma automática: es un proceso dinámico que surge del encuentro entre lo que el niño trae consigo (su temperamento) y el entorno afectivo que lo rodea. A medida que crecen, los niños no solo aprenden a nombrar y controlar sus emociones, sino que también construyen una imagen de sí mismos y del mundo en función del tipo de vínculos que han establecido. Por eso, más que corregir conductas, el verdadero reto está en acompañar emocionalmente: validar, guiar y sostener, sabiendo que cada etapa deja huellas profundas en la manera en que esos futuros adultos sentirán, se relacionarán y se cuidarán a sí mismos.

Referencias:
Olhaberry, M., & Sieverson, C. (2022). Desarrollo socio-emocional temprano y regulaciónemocional. Revista Médica Clínica Las Condes, 33(4), 358–366.https://doi.org/10.1016/j.rmclc.2022.06.002
Heras Sevilla, D., Cepa Serrano, A., & Lara Ortega, F. (2016). Desarrollo emocional en la infancia. Un estudio sobre las competencias emocionales de niños y niñas. International Journal of Developmental and Educational Psychology, 1(1), 67–73. https://www.redalyc.org/journal/3498/349851776008/html/

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