Familia y tecnología: estilos de crianza y el rol de los dispositivos en la infancia
En la sociedad actual, la estructura familiar ha evolucionado significativamente, dando paso a una diversidad de modelos que van más allá de la familia tradicional. Desde hogares monoparentales hasta familias homoparentales, ensambladas o multigeneracionales, cada una tiene dinámicas únicas que influyen en el desarrollo de los niños. Paralelamente, el avance tecnológico ha introducido un nuevo desafío: el uso de dispositivos electrónicos a temprana edad, un fenómeno que genera tanto oportunidades como preocupaciones en el ámbito educativo, social y emocional.
Estilos de crianza
Uso de dispositivos electrónicos
El acceso a la tecnología en la primera infancia presenta tanto oportunidades como riesgos para el desarrollo de los niños. Por un lado, puede ser una herramienta valiosa para el aprendizaje, el acceso a información y el desarrollo de habilidades digitales. Sin embargo, su uso excesivo o inadecuado puede generar consecuencias negativas en áreas clave como la atención, el sueño, el comportamiento y el desarrollo socioemocional.
Posibles efectos negativos: alteraciones en el desarrollo cerebral.
La exposición prolongada a pantallas antes de los 3 años puede interferir en el crecimiento natural del cerebro, aumentando el riesgo de déficit de atención, retrasos cognitivos y dificultades en el aprendizaje. Los rápidos cambios de secuencias en videos y juegos pueden sobreestimular el cerebro inmaduro de un niño pequeño, dificultando su capacidad de concentración. Investigaciones sugieren que, en esta etapa, el aprendizaje más efectivo ocurre mediante la interacción humana directa, no a través de dispositivos electrónicos (Anderson & Pempek, 2005).
Problemas de sueño:
La luz azul emitida por las pantallas inhibe la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, dificultando que los niños concilien el descanso. Estudios, como uno realizado por la Universidad de Londres, han encontrado que el uso de dispositivos en menores de tres años está relacionado con una reducción en las horas de sueño, afectando su desarrollo y bienestar.
Conductas agresivas y dificultades sociales:
El uso excesivo de pantallas puede fomentar comportamientos impulsivos y problemas en la resolución de conflictos. Además, la exposición a contenido violento o inapropiado puede aumentar la agresividad en los niños.
Riesgo de adicción y sobreestimulación:
La exposición temprana y prolongada a dispositivos electrónicos puede generar dependencia, dificultando el autocontrol y aumentando la necesidad de estímulos más intensos para mantener la atención. Esto puede derivar en problemas de conducta y dificultades para concentrarse en actividades que requieren paciencia y esfuerzo.
Para minimizar los riesgos y aprovechar los beneficios de la tecnología, es fundamental que los padres supervisen y regulen su uso, estableciendo límites claros y promoviendo actividades alternativas como el juego al aire libre, la lectura y la interacción social. La moderación y el acompañamiento parental son esenciales para garantizar un desarrollo infantil saludable en la era digital.
BIBLIOGRAFIA:
Estilos de Crianza. (2017, June 9). https://www.apa.org.
https://www.apa.org/act/resources/espanol/crianzav
Llanos, A. A. (2024, October 15). Uso de pantallas y dispositivos móviles en la infancia de 0 a
3 años. Redes Con Corazón: #TePongoUnReto. https://www.tepongounreto.org/2023/09/uso-
de-dispositivos-moviles-en-la-infancia-de-0-a-3-anos/
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