Familia y tecnología: estilos de crianza y el rol de los dispositivos en la infancia

 En la sociedad actual, la estructura familiar ha evolucionado significativamente, dando paso a una diversidad de modelos que van más allá de la familia tradicional. Desde hogares monoparentales hasta familias homoparentales, ensambladas o multigeneracionales, cada una tiene dinámicas únicas que influyen en el desarrollo de los niños. Paralelamente, el avance tecnológico ha introducido un nuevo desafío: el uso de dispositivos electrónicos a temprana edad, un fenómeno que genera tanto oportunidades como preocupaciones en el ámbito educativo, social y emocional.

Estilos de crianza


La forma en que los padres educan a sus hijos influye profundamente en su desarrollo emocional, social y cognitivo. A continuación, se describen los principales estilos de crianza y sus efectos en los niños:  

1. Padres Autoritarios:
Estos padres ejercen un control estricto, basado en reglas inflexibles y altas exigencias. Valoran la obediencia absoluta y suelen recurrir al castigo para corregir el comportamiento. Como consecuencia, los niños criados bajo este estilo tienden a ser inseguros, temerosos, con baja tolerancia al estrés y dificultades para expresar su autonomía. Además, pueden presentar irritabilidad, infelicidad y poca motivación para alcanzar metas personales.  

2. Padres con Autoridad (Democráticos):
Combina afecto y firmeza, estableciendo límites claros pero con flexibilidad y diálogo. Estos padres guían a sus hijos mediante el razonamiento, escuchan sus opiniones y fomentan su independencia dentro de una estructura coherente. Los niños criados bajo este enfoque suelen ser seguros de sí mismos, sociables, responsables, con buena autoestima y mayor capacidad para enfrentar desafíos. Además, demuestran curiosidad, cooperación y motivación para alcanzar el éxito.  

3. Padres Permisivos:
Aunque afectuosos, son poco exigentes y evitan imponer normas consistentes. Permiten que los hijos tomen decisiones sin suficiente orientación, lo que puede generar falta de disciplina. Como resultado, estos niños tienden a ser impulsivos, con dificultades para seguir reglas, baja tolerancia a la frustración y comportamientos rebeldes o agresivos. También pueden presentar problemas de autoestima y poca motivación para esforzarse en sus metas.  

4. Padres Pasivos (Negligentes):
Se caracterizan por su indiferencia y falta de involucramiento en la vida de sus hijos. En casos extremos, pueden ser emocionalmente ausentes o rechazantes. Los niños criados en este entorno suelen sentirse desatendidos, desarrollando baja autoestima, poca confianza en sí mismos y escasa ambición. En algunos casos, buscan figuras externas (no siempre positivas) para llenar el vacío afectivo dejado por sus padres.  

Cada estilo de crianza moldea la personalidad y las habilidades sociales de los niños. Mientras que el enfoque autoritario o negligente puede generar inseguridad y problemas emocionales, el democrático promueve un desarrollo equilibrado. Por otro lado, la permisividad excesiva puede dificultar la adaptación a normas sociales. Idealmente, los padres deben buscar un equilibrio entre afecto, comunicación y límites claros para fomentar un crecimiento sano y feliz en sus hijos.  



(Santana & Santana, 2025)

Uso de dispositivos electrónicos

El acceso a la tecnología en la primera infancia presenta tanto oportunidades como riesgos para el desarrollo de los niños. Por un lado, puede ser una herramienta valiosa para el aprendizaje, el acceso a información y el desarrollo de habilidades digitales. Sin embargo, su uso excesivo o inadecuado puede generar consecuencias negativas en áreas clave como la atención, el sueño, el comportamiento y el desarrollo socioemocional.


Posibles efectos negativos: alteraciones en el desarrollo cerebral.

La exposición prolongada a pantallas antes de los 3 años puede interferir en el crecimiento natural del cerebro, aumentando el riesgo de déficit de atención, retrasos cognitivos y dificultades en el aprendizaje. Los rápidos cambios de secuencias en videos y juegos pueden sobreestimular el cerebro inmaduro de un niño pequeño, dificultando su capacidad de concentración. Investigaciones sugieren que, en esta etapa, el aprendizaje más efectivo ocurre mediante la interacción humana directa, no a través de dispositivos electrónicos (Anderson & Pempek, 2005).


Problemas de sueño:

La luz azul emitida por las pantallas inhibe la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, dificultando que los niños concilien el descanso. Estudios, como uno realizado por la Universidad de Londres, han encontrado que el uso de dispositivos en menores de tres años está relacionado con una reducción en las horas de sueño, afectando su desarrollo y bienestar.


Conductas agresivas y dificultades sociales:

El uso excesivo de pantallas puede fomentar comportamientos impulsivos y problemas en la resolución de conflictos. Además, la exposición a contenido violento o inapropiado puede aumentar la agresividad en los niños.


Riesgo de adicción y sobreestimulación:

La exposición temprana y prolongada a dispositivos electrónicos puede generar dependencia, dificultando el autocontrol y aumentando la necesidad de estímulos más intensos para mantener la atención. Esto puede derivar en problemas de conducta y dificultades para concentrarse en actividades que requieren paciencia y esfuerzo.



Para minimizar los riesgos y aprovechar los beneficios de la tecnología, es fundamental que los padres supervisen y regulen su uso, estableciendo límites claros y promoviendo actividades alternativas como el juego al aire libre, la lectura y la interacción social. La moderación y el acompañamiento parental son esenciales para garantizar un desarrollo infantil saludable en la era digital.


(García et al., 2017)


BIBLIOGRAFIA: 

Estilos de Crianza. (2017, June 9). https://www.apa.org.

https://www.apa.org/act/resources/espanol/crianzav

Llanos, A. A. (2024, October 15). Uso de pantallas y dispositivos móviles en la infancia de 0 a

3 años. Redes Con Corazón: #TePongoUnReto. https://www.tepongounreto.org/2023/09/uso-

de-dispositivos-moviles-en-la-infancia-de-0-a-3-anos/









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