Del gateo a los primeros trazos: desarrollo motor grueso, fino y percepción sensorial en la infancia
Los primeros años de vida son una explosión de descubrimientos donde los niños aprenden a moverse, sentir e interpretar el mundo que los rodea. Cada logro, desde sostener un sonajero hasta correr o dibujar sus primeras formas, es el resultado de dos procesos fascinantes. Las habilidades como gatear, caminar o saltar, que requieren coordinación de grandes músculos.
Estos avances no son solo físicos, están profundamente ligados a su seguridad emocional, curiosidad y aprendizaje a futuro.
Desarrollo motor fino y grueso
El desarrollo motor se refiere a los cambios en las habilidades de movimiento a lo largo de la vida de una persona. Se divide en 2 categorías.
La motricidad gruesa involucra los movimientos de los músculos grandes del cuerpo, como los brazos y las piernas, y permite realizar actividades como caminar, correr, saltar y mantener el equilibrio.
La motricidad fina se refiere al desarrollo de los movimientos pequeños y precisos, especialmente de las manos y los dedos, que permiten manipular objetos pequeños, dibujar, escribir y realizar otras tareas que requieren destreza manual.
Desarrollo motor en la infancia (0-2 años):
- Motricidad gruesa: desde el nacimiento los bebés tienen reflejos como el de presión palmar y la marcha automática. A medida que crecen, desarrollan la capacidad de controlar la cabeza, rodar, sentarse, gatear y caminar. Entre los 12 y 24 meses, los niños pequeños perfeccionan estas habilidades, caminan a mayor seguridad e incluso pueden comenzar a correr o saltar.
- Motricidad fina: los movimientos de las manos son reflejos, pero gradualmente los bebés aprenden a agarrar objetos de forma voluntaria. Alrededor de los 5 a 9 meses, pueden tomar objetos con mayor precisión utilizando toda la palma y, más tarde, desarrollan la pinza para manipular objetos más pequeños.
Desarrollo motor en la niñez temprana (3-5 años):
- Motricidad gruesa: los niños mejoran significativamente su coordinación y equilibrio. Pueden correr, saltar, trepar, lanzar y atrapar con mayor destreza. También aprenden a subir y bajar escaleras con facilidad y pueden montar en triciclos.
- Motricidad fina: se observa un progreso notable en las habilidades de motricidad fina. Los niños pueden dibujar formas simples, usar tijeras de punta redonda, abrochar botones grandes y comenzar a escribir algunas letras. Su coordinación ojo-mano mejora, lo que les permite realizar tareas más complejas como construir torres con bloques pequeños.
Desarrollo sensorial y perceptivo
La sensación es el proceso neurofisiológico mediante el cual el organismo capta estímulos del entorno y del propio cuerpo por medio de receptores sensoriales, convirtiéndolos en señales nerviosas que son enviadas al cerebro.
La percepción es el proceso cognitivo que organiza, interpreta y da significado a la información sensorial, permitiendo reconocer y comprender el entorno.
El cerebro del recién nacido pesa entre 300 a 400 gramos teniendo aproximadamente una cuarta parte del tamaño final en la adultez.
Presenta una rápida formación de sinapsis en el cerebro, esto en preparación para los cambios que el infante enfrenta al pasar del útero al ambiente.
Condiciones sensoriales:
- Tacto: el sistema táctil madura tempranamente durante el desarrollo fetal. Facilita el desarrollo de la cognición maternal, del sistema respiratorio y gastrointestinal.
- Visión: al nacer la visión es limitada, enfocándose principalmente en objetos cercanos. Durante los primeros meses, la agudeza visual mejora rápidamente, y los bebés desarrollan la capacidad de seguir objetos con la mirada y distinguir colores.
- Audición: el oído está completamente desarrollado al nacer, y los bebés responden a los sonidos, mostrando preferencia por la voz de la madre. A medida que crecen, desarrollan la capacidad de localizar sonidos y distinguir diferentes tonos y volúmenes.
- Olfato y gusto: los bebés nacen con un sentido del olfato bien desarrollado y muestran preferencia por los olores dulces. También pueden distinguir diferentes sabores.
Desarrollo perceptivo:
- Percepción de objetos: los bebés desarrollan gradualmente la capacidad de percibir los objetos como entidades separadas y permanentes. La comprensión de la permanencia del objeto, la idea de que los objetos siguen existiendo aunque no estén a la vista, es un hito importante en el desarrollo cognitivo.
- Percepción espacial: capacidad de comprender la ubicación de los objetos en el espacio en relación con uno mismo y con otros objetos, se desarrolla a medida que los niños exploran su entorno.
- Percepción temporal: se desarrolla más gradualmente que otras áreas de la percepción. Los niños pequeños inicialmente experimentan el tiempo en relación con sus rutinas diarias y eventos. A medida que crecen, desarrollan una comprensión más abstracta del tiempo, incluyendo conceptos.
El desarrollo sensorial y perceptivo en la infancia está influenciado por una combinación de factores biológicos, genéticos y ambientales. La experiencias tempranas y la interacción con el entorno juegan un papel crucial en la maduración de estas capacidades.
BIBLIOGRAFIA:
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Bobadilla, G. (2024, January 17). Cómo afectan los problemas del procesamiento sensorial a los niños en la escuela. Child Mind Institute. https://childmind.org/es/articulo/problemas-de-procesamiento-sensorial-a-los-ninos-en-la-escuela/
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